La historia del Loro Ravachol
En la ciudad de Pontevedra podemos encontrar varios símbolos que representan a este lugar, pero hay uno que sin duda te sorprenderá. ¿Quieres conocerlo? ¡Sigue leyendo!
Hablamos nada más y nada menos que del Loro Ravachol. Vivió en Pontevedra entre 1891 y 1913 y está considerado el loro más famoso del mundo, ya que fue conocido y querido por toda la ciudad por su carisma y simpatía. Era el animal de compañía del farmacéutico Perfecto Feijóo, que llevaba la botica del barrio de la Peregrina. El loro fue un regalo de su amigo Martín Eayes, director de la banda militar del regimiento de infantería de Guillarei-Tui, muy próximo a la frontera con Portugal. A Ravachol le llevó tiempo adaptarse a su nuevo hogar, pero pronto mostró su carácter alborotador y su personalidad rebelde. Fue el propio Feijóo quien le puso el nombre, haciendo referencia a un famoso revolucionario francés llamado François Ravachol, que además de alborotador se ganó la fama de temido terrorista por unos atentados realizados con dinamita.
El simpático animal identificaba algunas situaciones para aplicar sus frases, casi siempre en gallego, que pronto se hicieron populares y fueron utilizadas en el lenguaje diario de los pontevedreses (“se collo a vara” “vaite de ahí lambón” “aquí non se fía” …). Los clientes de la farmacia le regalaban caramelos y golosinas para no recibir ninguna de sus dedicatorias. Sus insultos llegaron a personas tan importantes como el presidente del gobierno Eugenio Montero Ríos o la escritora Emilia Pardo Bazán. También llegó a decir alguna de sus inapropiadas frases en plena misa, cosa que no gustó a los presentes en la iglesia. Esta facilidad de palabra hizo que incluso fuera elegido para actuar en el Teatro, en una obra que se representó en los carnavales de 1900, pero el indisciplinado loro actuó y dijo lo que quiso y pronto lo retiraron de escena.
El 26 de enero de 1913 fallece el loro Ravachol, y se dice que la causa fue un empacho de bizcochos mojados en vino. Los pontevedreses quedaron realmente afectados por la mala noticia y decidieron organizar una calurosa despedida para despedir a un referente de la ciudad. A Don Perfecto le llegaron telegramas de toda la geografía española para dar el pésame por su enorme pérdida y también le instalaron una capilla ardiente en la propia farmacia.
Su cadáver fue expuesto junto a la Casa de las Caras donde tuvo un montón de visitas durante días, hasta su posterior entierro en la finca «O padronelo» que Perfecto Feijóo poseía en Mourente. Fijaron la fecha del entierro para el día 5 de febrero, miércoles de ceniza, donde solicitaron la asistencia “disfrazado cada uno a su manera y portando un farol fúnebre”. Encabeza la comitiva una docena de jinetes, y se compone de bandas de música, comparsas, carrozas y miles de paisanos que en luctuoso desfile se dirigen al Circo-Teatro de la Alameda. Ante un graderío abarrotado se celebra una fúnebre despedida denominada “Velada Infausta”.
En 1985, un grupo de pontevedreses, junto a la comisión municipal de fiestas, deciden recrear el velatorio y entierro del Loro Ravachol en el carnaval de la ciudad. El éxito de esa primera recreación fue de tal dimensión que en pocos años el entierro del Loro Ravachol se convirtió en uno de los actos más populares de los carnavales españoles, y esta celebración cierra la semana del carnaval pontevedrés aún a día de hoy. Su estatua se encuentra justo enfrente de la farmacia, al lado del Santuario de la Virgen Peregrina.
