Historias del camino: El lobo protector de peregrinos
En el post de hoy te contaremos una sobrecogedora leyenda que transmite muy bien todos los peligros a los que los peregrinos se tuvieron que enfrentar en el pasado.
Ésta comienza con un peregrino del Lapurdi que recorría los Pirineos, cerca de Roncesvalles, una zona muy peligrosa por una gran cantidad de bandidos y asaltantes que se dedicaban a intimidar a los peregrinos del camino de Santiago de Compostela.
El peregrino, que estaba pasando la noche en una posada en una zona montañosa, conoció a un compañero de peregrinación, el cual estaba buscando alojamiento para poder resguardarse de la noche. Haciendo honra de la camaradería que se respira en el Camino de Santiago, rápidamente se hicieron amigos, hasta el punto de que nuestro peregrino le ofrece al nuevo huésped recorrer juntos el Camino y así defenderse y lidiar mejor los obstáculos y las penurias del viaje. Poco después de reanudar la marcha, en una zona boscosa y alejada, nuestro peregrino fue apuñalado por la espalda, descubriéndose como un bandido a su compañero de viaje. El bandido vio que no llevaba nada de valor entonces lo despojó de su ropa y lo despeñó ladera abajo mientras se desangraba.
Incapaz de moverse, éste percibió como una manada de lobos se acercaba a dónde estaba, pero él tenía su mirada fija en uno de mirada brillante, donde reconoció al apóstol Santiago.
Los lobos no acabaron con él, si no que le dejaron morir en paz y el lobo de brillante mirada dirigió a su manada con el objetivo de vengar al pobre peregrino. La manada encontró al maleante siguiendo la ruta Xacobea y le dieron muerte ante la mirada impasible del lobo de mirada brillante, vengando a nuestro protagonista.
Cuenta la leyenda que, cada cien años, los lobos recuerdan la muerte del peregrino y aúllan toda la noche, lo que obliga a los bandidos a dejar el camino para no encontrarse con el lobo de ojos brillantes.
