Historias y curiosidades de Burgos
En el post de hoy hablaremos de las curiosidades de la ciudad castellana de Burgos, y en especial de su Catedral, que guarda un gran número de secretos en su interior.
La escalera hacia el cielo
Probablemente la Catedral de Burgos sea el mayor reclamo turístico de la ciudad. En su interior cuenta con una de las obras más importantes del renacentismo en nuestro país. Hablamos de la Escalera Dorada que fue construida durante el siglo XVI por Diego de Siloé, con el objetivo de alcanzar la puerta de la Coronería desde el suelo. Un gran nº de expertos defienden que la escalinata de la Ópera de París se basó en la escalera dorada de la Catedral de Burgos. Vale la pena detenerse a sus pies y observarla con detenimiento.
Un viaje a través de “millones” de años de historia
En Burgos podrás visitar el Museo de la Evolución Humana. Su localización se debe a que Burgos se encuentra a 16 km del yacimiento de Atapuerca. Allí podrás observar fósiles con cientos de miles de años de antigüedad.
El más antiguo es el Homo Antecessor, cuyos restos fósiles tienen más de 850.000 años de antigüedad; también está el conocido como “Miguelón”, un Homo Heidelbergensis un poco más joven, con unos 500.000 años.
No obstante te recomendamos, si tienes tiempo, visitar Atapuerca y conocer el lugar donde “empezó todo”.
El rostro borrado de la Catedral
Hay un misterio que atormenta a uno de los trabajadores de la Catedral de Burgos. Resulta que en el Claustro Alto de la edificación, existe una figura humana poco observada por los visitantes de la Catedral. El caso es que esta figura no cuenta con rostro, y no es que haya sido construida así, si no que su rostro fue borrado como demuestran las marcas de la cara de la figura.
El motivo por el que se borro fue para evitar supersticiones. ¿Pero por qué? Te preguntarás. Nunca lo sabremos exactamente. Lo que si se descubrió es que en un registro del s.XVII, el cabildo ordenó arrebatarle el rostro.
El papamoscas de la Catedral
Detrás de esta curiosa historia se encuentra un trasfondo de lo más curioso. Dentro de la Catedral existe un “papamoscas”, una figura que abre y cierra la boca en el momento que el reloj marca la hora.
El origen se remonta al reinado de Enrique III “El Doliente”. Éste acudía todas las jornadas a rezar a la Catedral. Un día se fijó en una joven que rezaba delante de la tumba de Ferrán González, pero hasta que a ella se le cayó un pañuelo a los pies del Rey, no fue capaz de hablar con ella. Cuando ésta se marchó, el gobernante escucho un gran lamento y no volvió a ver a la mujer en la Catedral.
La leyenda narra que el último lugar en el que fue vista la chica, fue en una casa en la que todos sus inquilinos habían fallecido debido a la Peste Negra. Así pues, el rey ordenó construir un reloj en la Catedral que se pareciese a la joven y que cuando marcase las horas emitiese un sonido parecido al del llanto de la joven cuando se marchó por última vez de la Catedral. Finalmente el encargado de su construcción no logró plasmar las intenciones del monarca. No se parecía a la chica y el sonido era ridículo, tanto que con los años perdió el sonido.