Los misterios de San Guillerme de Fisterra
La historia de Finisterre como fin de nuestro mundo es una historia bien conocida por todos, al igual que la ruta que los peregrinos tras alcanzar la gloria de llegar a Compostela. Los más valientes alargan su Camino para llenar aún más de recuerdos su experiencia.
Pero Fisterra cuenta con un emplazamiento lleno de misterios. En lo alto del Monte do Facho se encuentran los restos de la Ermita de San Guillerme, un lugar lleno de encanto con unas maravillosas vistas de la Ría de Corcubión y el Monte Pindo. Y hablamos de restos, ya que fue destruída en el siglo XVIII.
¿Dónde radica el misterio?
Lo más interesante de todo, es la relación existente entre esta Ermita, el culto al sol (Ara Solis) y a los ritos de fecundidad en tiempos pasados.
Antes de ser un lugar sagrado para los cristianos, es probable que este lugar fuese el Ara Solis, el altar del Sol, donde cada tarde el sol se ocultaba con proporciones gigantescas en el fondo del mar.
En el centro del emplazamiento se encuentra una losa central (todavía existe), en la que, según las historias, yacían los matrimonios estériles con el objetivo de tener hijos. A su vez, tal y como muestran sus grabados, también se realizaba el culto al sol.
Tras la destrucción del Ara Solis se cree que el lugar fue cristianizado, mediante la construcción de la Ermita, pero dejando los restos de los gravados que demuestran que no siempre ha sido un lugar Cristiano. Los historiadores narran que la Ermita fue el hogar de un ermitaño, que posiblemente haya sido Guillermo X, el duque de Aquitania, quien falleció tras peregrinar a Santiago en el S.XI, conocido por el pueblo como Don Gaiferos.
¿Cómo llegar?
Para llegar a los restos del tempo, deberás coger la carretera que lleva al conocido Faro de Finisterre, y unos 300 metros antes de llegar a él, hay un subida hacia la derecha que se dirige a una antigua estación de radio. Una vez alcances esta estación hay una pista de tierra, que tras caminarla durante medio kilómetro, alcanzarás el templo.
Uno de los retos que os proponemos (en caso de que os animéis) es intentar descubrir dónde termina el primer templo precristiano y empieza la segunda construcción, la Ermita, ya que los restos existentes no lo dejan muy claro.
